lunes, 11 de agosto de 2008

Pátzcuaro, Mich. Pueblo Mágico


Hace un par de años, disfrutando de las vacaciones de verano, tuvimos la feliz ocurrencia de caerle a nuestro gran amigo el Misionero Xaveriano Humberto Vega a su natal Zamora, Mich. Aprovechando que ya andábamos por aquellas rutas, decidimos turistiar en Pátzcuaro, navegar en su lago y visitar Janitzio. ¡Verdaderamente es una experiencia formidable! Recorrer Pátzcuaro es regresarte en el tiempo e introducirte en la tradición purépecha. Desde mi punto de vista, caminando por sus calles y hablando con su gente es como el turista vive lo mejor de las culturas de nuestros Pueblos Mágicos.

Asentado en las márgenes del Lago de Pátzcuaro, éste Pueblo Mágico cobra un encanto especial por la vegetación que lo rodea, la uniformidad de sus casas y la presencia de un pasado colonial manifiesto en los templos, conventos y casonas señoriales que enmarcan sus plazuelas. De belleza pródiga, "la puerta del cielo", como se traduce Pátzcuaro, es uno de los escenarios naturales más admirados de México.

Ubicado a unos 56 kilómetros al suroeste de Morelia, en Pátzcuaro se respira ese aire provinciano que da la gente en conjunción con su entorno. Los habitantes han aprovechado los beneficios de los suelos volcánicos para el desarrollo de huertas y flores espectaculares como la begonia, representativa de la localidad, además de bugambilias, rosas, malvones y otras plantas usadas incluso para fines curativos.

Esta población es prácticamente la realización de la utopía para los amantes de lo típico y lo bonito. Recorrer sus calles tiene una lógica, las plazas aparecen circundadas por magníficas casonas virreinales y edificios coloniales, entre ellos destaca el Antiguo Colegio de San Nicolás, centro de enseñanza jesuita de estilo barroco, fundado en el siglo XVI por don Vasco de Quiroga. Su portada de forma ochavada y la interesante alineación de arcos y columnas con la entrada y el vestíbulo, la convierten en uno de los sitios más admirados. Ahora este inmueble funciona como Museo de Artes Populares sólo unos metros, entre calles empedradas, se encuentra la Casa de los Once Patios, que fuera el convento dominico de Santa Catarina, establecido en 1747. Las modificaciones en el trazo urbano permitieron sólo la conservación de cinco de sus patios originales, excelentes representantes de la belleza artística del antiguo edificio, con sus arcadas, columnas de piedra y aleros de teja.

El templo del Sagrario fue edificado en el siglo XVII y sirvió como anexo al convento de las religiosas de Santa Catarina. Otras iglesias llamativas de Pátzcuaro son la Basílica de la Virgen de la Salud, donde don Vasco de Quiroga fundó la catedral en 1538. La obra barroca pero austera de San Agustín, hoy Biblioteca Pública Gertrudis Bocanegra; La Compañía, templo jesuita iniciado en 1585 y concluido en el siglo XVII; y El Humilladero, capilla del siglo XVI en cuyo interior se conserva una interesante cruz pétrea hecha por los misioneros de esos tiempos.

Visitar Pátzcuaro y no disfrutar de las siete islas del lago sería un error, en conjunto albergan curiosos pueblitos de imagen típicamente michoacana. La más famosa es Janitzio, célebre por una película en la que actuó María Félix; además de ser una importante productora de pescado blanco, especialidad de la cocina de la región. Jarácuaro, distinguida por sus habitantes que aún conservan el habla y costumbres purépechas. Pacanda, destaca por la laguna en su interior. Tecuena, es la isla más pequeña, ideal para un paseo tranquilo. Urandenes, es un conjunto de tres islas con canales, se caracteriza por la recolección de pescado blanco y las redes mariposas empleadas para dicha actividad. Yunuén tiene una forma peculiar, de media luna; su belleza radica en la población de garzas que ahí habitan. Finalmente está Copujo, un terreno bajo que a veces puede ser inundado o cubierto por vegetación acuática.

La identidad purépecha se refleja en cada objeto elaborado por los artesanos michoacanos de la región de Pátzcuaro, expertos en trabajar la plata y el cobre, elementos manejados ya por los indígenas desde tiempos prehispánicos. Figuran en su artesanía incrustaciones de oro en piezas de laca; ollas y vasijas de barro, joyería, muebles, guitarras y textiles bordados a mano. La tradicional actividad de la pesca en el lago de Pátzcuaro es representado en el distinguido diseño de aretes y collares, obras de arte, hechas a base de la forja con el fin de lograr mayor detalle en el grabado.

En los alrededores de Pátzcuaro se siembra mucho maíz y ello se ve reflejado en su gastronomía, la cual destaca por la variedad de tamales exquisitos de origen prehispánico, entre ellos los conocidos como "tarascos" con fresco pescado blanco, los de ceniza y los de zarzamora, mejor si se acompañan con atole o chocolate caliente, las corundas triangulares hechas con frijoles y carne de cerdo y los uchepos. Hay que saborear la deliciosa sopa tarasca que lleva tortilla, salsa de jitomate y queso. No olvide probar un buen trago de charanda, aguardiente de caña, que le dará el toque final a su comida.

La magia de Pátzcuaro se despliega al Lago de Zirahuén, con aguas de azul intenso y cerros boscosos que lo rodean. En sus orillas es posible acampar, especialmente en el paraje denominado Rincón de Agua Verde y también en el pueblo adyacente de Zirahuén. Al norte del lago de Pátzcuaro, en Santa Fe de la Laguna destaca la silueta del El Zirate, uno de los volcanes más elevados de la región, de más de 3,300 metros de altitud; ideal para los excursionistas y caminantes de montaña. A 43 kilómetros al sur de Pátzcuaro está Ario de Rosales, zona de protección forestal donde los conos ígneos aparecen cubiertos por bosques de coníferas. Erongarícuaro puede visitarse para conocer las artesanías y Santa Clara del Cobre, productores de una de las obras de metal martillado más reconocidas en el mundo.
Las zonas arqueológicas de Ihuatzio y Tzintzuntzan destacan por sus construcciones ceremoniales piramidales semicirculares conocidas como "yácatas".

Aquí tenemos mis estimados sombreretenses, otro ejemplo de un Pueblo Mágico que, aprovechando las riquezas que la naturaleza le prodigó, conservando sus antiguas edificaciones y manteniendo vivas sus tradiciones y costumbres, se ha posicionado como uno de los destinos preferidos de nacionales y extranjeros.

Recuerden que la competencia es fuerte, pues son ya más de treinta Pueblos Mágicos que seguramente en un futuro cercano serán nuestros adversarios a vencer. Es necesario ofrecer atractivos que nos permitan “llevar mano” y ganar la partida.
Yo escribo y usted me lee; gracias por eso.
Alonso Salas Ochoa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sombrerete Listo para ser Pueblo Magico.

http://zacsomb.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Hola Pinocho:
Sin el afán de ofender, yo creo que deberias de ser mmenos aburrido al escribir, yo soy de Morelia y creo que suenas como folleto de los que aqui tenemos, además como puedes recomendar algo que no conoces? Me crea una real insatisfacción que alguien de Sombrerete escriba tan bien, pero tan sin energía.